Un libro que te ayudó a perdonar (30 libros)
Para el día de hoy no he tenido ninguna duda: toca hablar de Misión Olvido, de María Dueñas.
Incapaz de recomponer sus propios pedazos, la profesora Blanca Perea acepta a la desesperada lo que anticipa como un tedioso proyecto académico. Su estabilidad personal acaba de desplomarse, su matrimonio ha saltado por los aires. Confusa y devastada, la huida a la insignificante universidad californiana de Santa Cecilia es su única opción.
El campus que la acoge resulta, sin embargo, mucho más seductor de lo previsto, agitado en esos días por un movimiento cívico contrario a la destrucción de un paraje legendario a fin de construir en él un enorme centro comercial. Y la labor que la absorbe —la catalogación del legado de su viejo compatriota Andrés Fontana, fallecido décadas atrás— dista enormemente de ser tan insustancial como prometía.
Una novela luminosa, un tributo a las segundas oportunidades, la reconciliación y la reconstrucción.
Este es el típico libro de playa (que llamo yo). Un seudoculebrón con historia de amor y de superación y esas cosas… Lo leí por dos motivos. Uno: me gustó El tiempo entre costuras, la novela anterior de Dueñas (muy superior a esta, todo sea dicho). Dos: soy muy supersticiosa a la hora de leer (de esto creo que no os he hablado nunca). Cuando supe que Dueñas sacaba nueva novela, mi superstición me hizo hacerme con ella de inmediato. Básicamente porque tenía que cerrar un círculo que había empezado justo después de la lectura de El tiempo entre costuras. Ya veis, qué bobada. Pero… soy así. Y encima me encontraba con un libro que hablaba de «segundas oportunidades, reconciliación y reconstrucción»: básicamente, lo que yo necesitaba después de la temporada chunga que pasé entre las dos lecturas. Todavía no sé hasta qué punto Misión Olvido cumplió con su misión de cerrar el círculo (es posible que lo hiciera, aunque el círculo no haya quedado cerrado del todo). Todavía le doy vueltas a esto. Pero, desde luego, su lectura sirvió para que yo, de repente, entendiera. Y, al entender, pude perdonar. No lo comparto, pero lo entiendo. Y no puedo entender las «formas» de lo que me pasó, pero sí el «fondo». Y está todo explicado en un párrafo:
A través de ellos entendí algo tan simple, tan orgánico y elemental como que la única causa que le guio para apartarse de mi lado fue la fuerza de un amor sobrevenido que se le cruzó en el camino como tal vez se me habría podido cruzar a mí. Un sentimiento que le sobrepasó. A pesar de su torpeza conmigo, de todo lo reprochable y censurable y del dolor que me llegó a causar, el amor ajeno (…) me hizo entender que, ante las jugadas que el destino nos pone insospechadamente por delante, a veces no se puede aplicar la razón. Solo entonces fui consciente de que nada había terminado. De que, de hecho, casi todo estaba todavía por empezar.
Sí, estaba todo por empezar. Y lo que es un hecho es que hubo cambios en mí que me ayudaron mucho. Y pude perdonar y eso me hizo dormir bien por las noches. Volviendo a citar el libro:
A las cosas hay que darles siempre el final que necesitan aunque resulte desolador, para que todo termine curándose sin dejar cicatrices.
Todo pasa, créeme. Cuesta lo que no está escrito y nada vuelve a ser nunca lo mismo, pero al final, y sé de lo que hablo, llega la reconstrucción. Te vuelves a abrir a la vida, avanzas, progresas.
Sé que he sido un tanto críptica. Hay gente que habrá entendido todo lo anterior a la perfección. Los demás, quedaos con el hecho de que la lectura de este libro me sirvió para perdonar. ¿Qué libro os ayudó a vosotros a perdonar? Os espero en los comentarios y en Twitter.
Lo bueno de que un amigo te regale un libro es que – en mi caso – es casi la única manera de que llegue a mis manos ese libro que nunca hubiera comprado.
Me he dejado aconsejar por libreros en alguna ocasión, pero siempre ha habido una conversación sobre mis gustos en temática y autores.
En una ocasión un amigo me regaló ese libro que reconozco me fue minando página a página hasta que, ya en las últimas, me derrumbó por completo.
Hablo de “Cometas en el cielo” de Khaled Hosseini.
A veces nos ponen delante de los morros una historia que nos ayuda a perdonar.
Incluso a perdonarnos a nosotros mismos.