Uno ideal para leer en metro, autobús, avión… (30 libros)
Esta categoría me parece muy buena. No sé a vosotros, pero me gusta leer mientras viajo; eso sí, procuro que sean novelas ligeritas, porque hay un montón de interrupciones normalmente y, si estás leyendo algo que requiere muchísima atención, no se puede disfrutar. Son los libros que yo llamo «de playa» (otro sitio en el que me encanta leer, pero a veces no hay manera). A los libros para viajar se les suma una característica más, al menos para mí: que no pesen mucho (aunque esto, actualmente, se va solucionando con los libros electrónicos). Así que hoy voy con una novelita fácil de leer, entretenida y cortita: La amaba de Anna Gavalda.
La amaba, primera novela de Anna Gavalda, es un conmovedor diálogo entre una joven madre a la que acaba de abandonar su marido por otra mujer, y su suegro, quien viéndose hace años en el mismo caso que su hijo no se atrevió a dar el paso, dejar a su esposa y vivir el gran amor de su vida. Es una novela alegre y triste a la vez, un fragmento de vida, una punzante historia de amor, mediante la que Anna Gavalda a través de un diálogo conmovedor nos habla de nuestras vidas, nuestras dudas, nuestras renuncias, y también de nuestras esperanzas, nuestra ironía y nuestra ternura.
La sinopsis puede parecer muy melodramática, pero a mí no me lo pareció tanto. Tengo que reconocer, como ya os he dicho alguna vez, que me gusta Gavalda. No es, ni mucho menos, la mejor escritora de la historia, pero sus novelas me entretienen y, a veces, me tocan un poquito la fibra sensible. Esta novela no es mi preferida, me gustó mucho más Juntos, nada más, pero esa es bastante voluminosa (bueno, quizá para un viaje largo; no sé si estará disponible en formato electrónico, supongo que sí). Por lo demás, son novelas que cumplen mis requisitos para leer en sitios donde no siempre puedes poner toda tu atención en el libro (aunque reconozco que yo tengo una capacidad pasmosa para meterme en la lectura y no enterarme de si se cae el mundo a mi alrededor).
¿Qué propuestas tenéis vosotros hoy? Os espero, como todos los días, en los comentarios y en Twitter.
No podría decirlo bien porque vivo y trabajo en un pueblo y desde hace años no me veo en la tesitura de tener que utilizar el transporte público con regularidad. Hace algo de tiempo, cuando estuve trabajando brevemente en Madrid y sí tenía que alternar metro y bus durante dos horas para ir al trabajo y durante otras tantas para volver, recuerdo que aprovechaba para ir leyendo El puente de Alcántara, la novela histórica de Frank Baer, que no es un librito que se diga. La obra sigue siendo una de mis favoritas del género y fue de esa manera como la leí.
Pero yo no hago distinción en este sentido, en lo que respecta a libros. Me vale el que esté leyendo en ese momento o tenía pensado leer. En todo caso, sí que es cierto que ahora, cuando he de hacer algún viaje, me decanto por alguna revistas de historia. En mis tiempos de estudiante, como iba y venía de la capital al pueblo, aprovechaba los viajes de vuelta en el tren (mucho más cómodos) para leerme los comics que había comprado en alguna escapadita a la librería especializada. Es lo que podría llamarse mis «lecturas ligeras»: las diversas colecciones de superhéroes Marvel que seguía. Pero también se me podía pillar con el tocho de la edición de Rico del Quijote, tronchándome de risa yo solito en un banco de la estación mientras aguardaba el tren, así que…