Uno muy sensorial (30 libros)
Hoy es obligatorio hablar de El perfume de Patrick Süskind, al menos en mi caso… Como nunca he hablado de este libro en el blog, os copio la sinopsis (aunque me imagino que casi todos lo conoceréis) y luego os cuento por qué lo he seleccionado y por qué esta elección es hasta un poco especial para mí…
Quizá los olores evoquen el privilegio de la invisibilidad. Antes del tacto, sucede el olor, como mensajero de una esencia que sabe desaparecer en el aire y ser agente de un gran poder. La seducción que despliega el olor es implacable: se instala en nosotros y sella su poderío en los tejidos de la memoria. Jean-Baptiste Grenouille tiene su marca de nacimiento: no despide ningún olor y por ello hace temer la presencia de algún demonio. Al mismo tiempo posee un don excepcional: un olfato prodigioso que le permite percibir todos los olores del mundo. Desde la miseria en que nace, abandonado al cuidado de unos monjes, Jean-Baptiste Grenouille lucha contra su condición y escala posiciones sociales convirtiéndose en un afamado perfumista. Crea perfumes capaces de hacerle pasar inadvertido o inspirar simpatía, amor, compasión… Para obtener estas fórmulas magistrales debe asesinar a jóvenes muchachas vírgenes, obtener sus fluidos corporales y licuar sus olores íntimos. Su arte se convierte en una suprema e inquietante prestidigitacion. Patrick Süskind, convertido en maestro del naturalismo irónico, nos transmite una visión ácida y desengañada del hombre en un libro repleto de sabiduría olfativa, imaginación y enorme amenidad. Su persuasión iguala la de su personaje y nos propone una inmersión literaria en el arco iris natural de los olores y en los turbadores abismos del espíritu humano.
El Perfume, novela contemporánea, que en un principio destaca por las amplias y asombrosas descripciones que contiene, esconde tras de sí la historia de un joven que vive sumergido en la miseria de su propio ser debido a su incapacidad de amar y al profundo rechazo social y familiar que lo ha acompañado a lo largo de su vida. El vacío existencial, las ansias de poder, la soledad, el problema identitario del sujeto y otros muchos aspectos brotan de la obra de una manera discreta pero a la vez impactante, donde en cualquier caso no es difícil acabar sintiendo cierta compasión por este asesino en serie tan castigado por la vida.
Tengo que hacer una confesión: apenas tengo olfato. Si me acerco mucho un frasco de cualquier fragancia a la nariz, a veces (solo a veces) consigo distinguir algo… Mi memoria olfativa es nula. ¿Por qué, entonces, he elegido esta novela? Pues, precisamente, porque me daba la sensación de que podía oler: las descripciones de los olores eran tan poderosas, que me podía imaginar lo que ocurría en la nariz de Grenouille… Y, después, claro, para mí ahora es curioso cómo se hace perfumista y compone sus fragancias. Por circunstancias de la vida (o del trabajo), conozco bien cómo se construye un perfume: las notas de salida, de corazón y de fondo; cómo se consiguen las esencias; qué hace que un perfume sea floral, amaderado, acuoso, fougère… En el fondo, es un mundo apasionante (incluso para alguien sin olfato). Si os interesa, un día me marco un off-topic y os hablo del maravilloso universo de las fragancias.
Bueno, la pelota está en vuestro tejado. ¿Me proponéis libros que os parezcan muy sensoriales? Estaría bien que no repitierais (vale, sé que en el fondo parto con ventaja, pero también es cierto que yo no puedo fallar ningún día y vosotros, sí). ¡A comentar!
Esta categoría pedía El perfume a gritos. De hecho lo único que lamento de haber leído este libro es que ya no podré volver a leerlo por primera vez… Creo que ya en otra ocasión te conté que, además a mí me causó una enorme impresión leer, justo a continuación, Muerte en Venecia de Thomas Mann. Pasar de la calidad olfativa que se admira en la primera al olor putrefacto de la Venecia del segundo me causó una gran impresión.