‘Tamborizando’ el mundo
G. Artiach y P. Gumuzio: Tambor. El mundo según Gonzalo Artiach, Plataforma Editorial, 2010.
Hace unos meses, oí decir al hijo de Gonzalo Artiach (también llamado Gonzalo) que había que tamborizar el mundo. En aquel momento no entendí lo que quería decir, pero ese día me vine a casa con el libro del que os voy a hablar hoy bajo el brazo y, ahora, después de haberlo leído, no solo comprendo esa expresión, sino que estoy de acuerdo con ella.
Tambor es un libro de lectura muy amena. Es una curiosa mezcla de temas dispares (empresa, política, familia, suerte, amistad, gastronomía, ETA, enfermedad, Bilbao… entre otros muchos) que, a modo de gran collage, conforman el pensamiento y la forma de ver la vida de Gonzalo Artiach. Un hombre, según se refleja en las páginas de Tambor, comprometido con la sociedad en que vivía, políticamente incorrecto (es curioso y gracioso de dónde viene lo de «Tambor», os invito a descubrirlo), muy afable, fiel a sus convicciones aunque poco amigo de fanatismos… Una persona con la que, seguro, mantener una charla era de lo más interesante. Y, solo por esto, el libro ya merece la pena. Conocer la forma de entender el mundo de alguien que ha sido testigo de primer orden de tantos acontecimientos de nuestra historia reciente siempre es enriquecedor; pero si, además, está todo contado de forma tan fluida y agradable, pues la lectura se convierte en algo muy recomendable.
Sin embargo, aparte de lo dicho hasta ahora, hay dos aspectos que se ven muy bien en el libro que son con los que yo me quedo: el optimismo que destilan todos los capítulos (incluso algunos de temática más dura) y, sobre todo, el espíritu de lucha de Gonzalo (en especial, en lo que tiene que ver con la enfermedad que sufría cuando se redactó el libro: la ELA, una muy cruel enfermedad degenerativa). Y es precisamente en el capítulo dedicado a la ELA en el que he encontrado una de esas frases que conviene subrayar e interiorizar: «Unos días después del diagnóstico me di cuenta de que no tenía tiempo para ser infeliz. Y días más tarde me di cuenta de que nadie tenía tiempo para ser infeliz. La vida es demasiado corta». Creo que la frase resume muy bien el espíritu del libro. Libro, por cierto, cuyos beneficios van íntegramente a la lucha contra la ELA; por eso os invito a que lo compréis y lo disfrutéis. Y, para simplificar las cosas y que no os volváis locos buscándolo, lo podéis adquirir escribiendo un correo electrónico directamente a Gonzalo hijo.
Un apunte sobre Pedro Gumuzio, coautor del libro: recientemente ha publicado su primera novela, La herramienta comercial. Os contaré qué me ha parecido cuando la haya leído, pero, hasta entonces, os dejo con la opinión de los chicos de Un libro al día.
Aunque Gonzalo Artiach falleció el año pasado, su familia sigue muy volcada y comprometida con la lucha contra la ELA. De hecho, Gonzalo hijo ha constituido, junto con varios amigos, la asociación Siempre AdELAnte, con la que pretenden conseguir fondos para ayudar a enfermos de ELA y sus familias. Os animo a que pinchéis en el enlace y aportéis lo que podáis. Y, ya de paso, visitad también la página del nadador Jaime Caballero, presidente de la asociación, porque estoy segura de que sus hazañas deportivas no os dejarán indiferentes. Yo me quedé muy impresionada cuando lo conocí, es un auténtico titán: exactamente igual que la gente para la que nada, los enfermos de ELA como Gonzalo Artiach, los verdaderos héroes de toda esta historia.