Uno para leer por fragmentos (30 libros)
Para el día de hoy no he tenido que pensar apenas; tuve claro de qué libro iba a hablar desde el principio. Y es que, si me preguntan sobre un libro para leer por fragmentos, me viene automáticamente uno a la mente: Rayuela, de Julio Cortázar.
Intentar describir Rayuela es estropear una de las mejores novelas del siglo pasado, así que me voy a limitar a decir que su estructura juega a favor de leerla fragmentada y saltar de un sitio a otro, de un tema a otro (arte, amor, muerte o celos… todos unidos), como en el juego de la rayuela…
Hay varios capítulos muy conocidos: el 7.º es la mejor descripción de un beso que he leído nunca; también es famosísimo el capítulo 68.º, por estar escrito en glíglico. Pero yo me quedo con algunas frases sueltas, de esas que subrayas y se te quedan grabadas. Sobre todo hay una que leo y releo y me la digo a mí misma de vez en cuando… Está en el primer capítulo, cuando Horacio explica cómo se encontraba con la Maga por las calles de París: «Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos». Y es que, solo con leer esta frase en las dos primeras páginas, te haces una idea del magnífico libro que tienes entre manos. Una auténtica joya que os invito a descubrir si aún no lo habéis hecho… Comprobaréis que me estoy quedando muy corta a la hora de hablar de esta maravilla.
Os toca. ¿Qué libro recomendaríais para leer por fragmentos? Tenéis los comentarios esperándoos.
¡A ver, que voy! Como te comentaba por Twitter, se me ocurren varios. En el primero coincidimos, como me dijiste. No obstante, hay otros que también son estupendos para leer por fragmentos. En primer lugar, me decanto por La colmena, de Cela, sobre todo por las dos formas de leerlo que tiene. En segundo lugar, ¿Cómo se llama este libro?, de Raymond Smullyan, un juego de enigmas y acertijos con las matemáticas como trasfondo. Es divertidísimo e incentiva el vicio de pensar. En tercer lugar, sugiere Homo libris (@trotalomas) que no nos olvidemos de El laberinto mágico, de Ian Stewart, también con las matemáticas como excusa para disfrutar de un juego de los que enganchan. En cuarto lugar, uno de esos libros que siempre recomiendo leer dos veces seguidas es El espejo en el espejo, de Michael Ende (que también me ha recordado Homo libris). En quinto lugar (aunque yo no lo pondría en esta posición) querría mencionar Dubliners, de James Joyce. Finalmente, para cerrar con Cortázar, nuestro punto de partida, nos decantamos por Historia de Cronopios y Famas. ¡Un besote!