Graham Swift: ‘Mañana’

Hace muchos años, creo que ni siquiera había empezado todavía la carrera en la universidad, leí un libro de Graham Swift que me gustó muchísimo, El país del agua. No recuerdo nada (salvo que giraba en torno a un profesor), solo sé que la historia me encantó. Así que cuando, de paseo por la librería, me encontré hace un par de años con Mañana, no lo dudé y lo compré…

Mañana

'Mañana'

Una semana después de que los gemelos Kate y Nick cumplan dieciséis años, sus padres han decidido revelarles un secreto familiar. Por la noche todos duermen menos Paula, la madre, quien hilvana –en un formidable monólogo– la historia de la familia Hook: desde el Londres de los años noventa hasta la Inglaterra rural en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y el ambiente estudiantil de los sesenta, célebres por su ruptura de los tabúes sexuales. Hoy los Hook viven en una elegante zona de la ciudad. Paula es marchante de arte y Mike dirige una próspera editorial, pero el futuro de esta relación depende de las reacciones que provoque su confesión. Destilando con maestría medio siglo de historia personal y colectiva, el relato es una entrañable exploración de los recovecos más ocultos de la vida en pareja y del hecho de ser padres, así como de la cuestión inquietante de los orígenes y de la identidad.

Aunque a priori la «confesión» hizo que me enganchara al libro, el «horroroso» secreto me pareció una tontería tal, que mi opinión sobre la novela no es muy buena. Y he dejado el libro a varias personas y todas me han comentado lo mismo: no es para tanto. Realmente, esto es quedarse muy en la superficie. En el fondo en la novela hay toda una defensa por un estilo de vida que puede dar para varias páginas de comentarios, pero en una pequeña reseña como esta no ha lugar; además, bastante os he dicho ya al apuntar que me pareció una solemne tontería.

Y esto me hizo plantearme si El país del agua sería igual y si los valores de la novela podrían ser los mismos que en Mañana… Y, como no recuerdo nada, pues igual me pareció maravilloso un libro que no merece tanto la pena (aunque, si en el momento, a mis quince o dieciséis años me gustó, me parece suficiente). Creo que se impone una relectura de El país del agua, para comparar y para ver si la sensación y el poso que me dejó hace quince años son los mismos que tendría ahora. Igual lo apunto en mi lista de libros pendientes.