Santos

Como hoy, 27 de agosto, es santa Mónica (nombre de cuya etimología y significado quizá hable algún día aquí en el blog), he pensado que sería apropiado comentar la forma correcta de mencionar a los santos por escrito. Me refiero al uso de mayúscula o minúscula en el sustantivo san(to) o santa que presenta al santo en cuestión.

Los tratamientos, en general, se escriben en minúscula y el caso de los santos no es una excepción:

Leyó la hagiografía de Santa Marta. ×
Leyó la hagiografía de
santa Marta. √

Si se emplea la abreviatura para introducir el nombre, esta va en mayúscula.

Según el santoral, el 3 de diciembre es s. Francisco Javier. ×
Según el santoral, el 3 de diciembre es
S. Francisco Javier. √

Esta norma de los tratamientos completos en minúscula y las abreviaturas en mayúscula se da con otros nombres, como señor, usted, fray, don, etc. Lo trataremos en otra entrada.

La excepción de la norma vendría cuando, por tradición, el nombre (con el tratamiento incluido) se ha lexicalizado, ambos elementos funcionan como una unidad indivisible y, por tanto, se considera nombre propio al conjunto. El ejemplo que pone la RAE es el de Santa Teresa para referirse a santa Teresa de Jesús (en que, incluso, se ha acortado el nombre en la denominación más popular).