Opiniones

Tener que sentarme a escribir esto me molesta un poco, pero a veces es preferible dejar las cosas claras.

Más de una vez en mi vida he recibido correos electrónicos impertinentes sobre asuntos de lo más variopinto. Recuerdo uno, no hace demasiado, en que, tras visitar mi página web y ver mi nómina de clientes, se me reprochaba que solamente trabajo para gente del País Vasco. Bueno, soy de Bilbao, es lógico que, por proximidad, tenga clientes de aquí; pero se da la circunstancia de que, en este momento, estoy trabajando para un señor de San Francisco (California, Estados Unidos), tres editoriales de Madrid y una empresa de traducción de Barcelona. Curioso. Obviamente, llegarán trabajos de Bilbao en breve, pero, en este instante, nada vasco en el horizonte. Y, aunque así fuera, si yo solamente trabajara para gente de Euskadi, sería decisión y problema míos, no tengo que justificarme. Y, claro está, yo no obligo a nadie a que me contrate, así que, si a alguien le parece que tengo demasiados clientes vascos y eso le echa para atrás, pues adiós, muy buenas.

Intento contestar siempre a los mensajes que me llegan, salvo correos como el anterior que, para no acabar diciendo algo de lo que podría arrepentirme después, opto por no responder. O, en ocasiones como la que me acaba de tocar, elijo escribir una entrada en el blog para dar a conocer mi «postura oficial».

Hoy me han remitido un correo electrónico para decirme que no están nada de acuerdo con las reseñas de los libros que he publicado, que no tengo ni idea de literatura, que cómo me atrevo a escribir este blog, que encima es muy aburrido… Animándome a seguir, vamos. Y con faltas de ortografía (cómo no). Y encima sin firma (porque la dirección de correo electrónico era algo del tipo pilimili89, sin un nombre real y sin dar la cara). No sé quién será, pero el mensaje me ha fastidiado un poquito.

Escribo este blog por muchas razones, entre otras, para dar a conocer mi profesión (o asuntos que se tratan en mi profesión). Una profesión rara y en vías de extinción, por desgracia. Me gusta poder divulgar lo que sé, ayudar a la gente a la que le importa el lenguaje de la mejor manera que sé. Y últimamente me estoy esforzando por hacer del blog algo un poco más variado, de ahí que haya metido los juegos estas últimas semanas o que esté escribiendo reseñas de libros que he leído, por si a alguien le puede interesar mi opinión. Porque no deja de ser eso: mi opinión. Quien quiera tomarla, bien; quien no, también. No escribo este blog para hacer enemigos (en todo caso, todo lo contrario), pero tampoco para que me falten al respeto o me llamen ignorante. Obviamente me gustaría saber muchísimo más de todo lo que escribo y me encantaría ser una superexperta en literatura; pero eso no quita para que sepa de estos temas más que la gente de la calle, básicamente porque he dedicado varios años de mi vida a estudiar estas cuestiones. Soy licenciada en Filología Hispánica, especialista en Literatura además. Cuando acabé la carrera hice un posgrado sobre edición y publicación de textos donde, entre otras muchas cosas, aprendí los entresijos de la corrección. Ser corrector es una buena forma de entrar a trabajar en editoriales y precisamente eso hice durante un tiempo, trabajar en una editorial; después, la vida me llevó por otros caminos y aventuras empresariales, y ahora, por fin, desde hace unos años, soy feliz siendo correctora free lance. Luego, decirme que no sé nada de esto, pues bueno, lógicamente no tengo un asiento en la RAE, pero me gano bien las lentejas con mis textos.

Y si a alguien no le gustan los libros que me gustan a mí, que lo diga en los comentarios; y si le parece que me equivoco en algo, que me lo argumente… Estoy abierta a todo, yo también quiero aprender con esto. Y cuanto más funcionen los comentarios, mejor, porque así me entero también de qué os preocupa más o qué os ha llamado más la atención. Y, por supuesto, a quien este blog le parezca aburrido, que no entre, que no lo lea, no es obligatorio; yo no pongo una pistola en la sien a nadie para que lea lo que escribo. Prefiero tener dos lectores fieles que disfruten con esto que no quinientos que lo lean a disgusto.

Seguiré con el blog. Y seguiré con mis reseñas, aunque nadie esté de acuerdo con lo que escribo. Y seguiré leyendo los libros que me atraen y me gustan. Y seguiré proponiendo juegos si es que queréis participar en ellos. Y seguiré mostrándoos en qué consiste mi profesión. Y si el blog le es de utilidad aunque solo sea a una persona ya me quedo satisfecha.

Pilimili89, hija, que no hace falta que sigas leyendo esto si para ti es una tortura, de verdad, que no me ofendes por no hacerlo…