Miguel Delibes
Hoy es obligado dedicar, aunque solo sea un párrafo, a Miguel Delibes, el gran Miguel Delibes, que se nos ha ido esta mañana.
Me ha gustado leer hoy muchos comentarios de personas anónimas que le agradecían su obra, porque les había acercado a la literatura. ¡Qué grande que alguien pueda conseguir semejante hazaña! Y no me extraña que todo el mundo hable maravillas de sus libros. No en vano, toda la crítica está de acuerdo en que es uno de los mejores escritores del siglo pasado. Guardo un recuerdo especial de varios de ellos. Me encantó El camino, una delicia. Disfruté muchísimo con la novela Cinco horas con Mario, que, además, tuve la oportunidad de ver adaptada al teatro y protagonizada por una magnífica Lola Herrera. Y siento algo especial, no solo por motivos literarios, que también, sino por vivencias personales, hacia Los santos inocentes (mis compañeros de universidad se acordarán de las risas que nos producía cierta imitación de una profesora leyendo «Milana bonita, milana bonita»). También he leído Las ratas, La sombra del ciprés es alargada…
Afortunadamente, me quedan muchas más por leer. Porque, como todos los grandes escritores, aunque haya muerto hoy, Miguel Delibes es inmortal a través de su obra. Descanse en paz.